local comercial

Hoy me gustaría seguir hablando de revitalización urbana desde un punto diferente. Hemos hablado por lo general de los espacios públicos como catalizadores de esa revitalización pero hoy quisiera empezar con otro punto de vista, desde el espacio construido, ya que pienso que la misma capacidad de activar una zona urbana la tiene un espacio público de calidad como un tejido urbano colmatado de una actividad diversa e intensa.

Las intervenciones a las que me refiero parten de una apropiación creativa y espontánea para llevar acabo una actividad comercial, o una actividad productiva. Quisiera hacer un resumen de lo que tienen en común aquellas que han llamado mi atención por lo espontaneo de su aparición y por su capacidad de movilización de la ciudadanía que las ha convertido en “locales comerciales” de éxito actuando de dinamizadores urbanos.

Me refiero a espacios promovidos por pequeños minoristas o autónomos que con pocos recursos han sabido sacar todo el partido de un local comercial cosechando un éxito casi inmediato tanto para el propio comerciante como para la zona urbana donde se encuentra, animando a la apertura de más negocios en sus alrededores.

1. Ubicación.

Esta parece obvia pero no siempre se cumple, es importante que la actividad se sitúe en una vía que sea de paso, lo mejor, entre dos puntos de intenso reclamo o trafico en la ciudad. Entre la estación de trenes y el centro histórico, entre dos espacios públicos bulliciosos etc…

2. Usos simbióticos.

Debido a la situación actual de crisis muchos de estos nuevos locales comerciales comparten actividades que lejos de entorpecerse se compaginan y además de suponer un reparto de costes pueden suponer un incremento en el volumen de clientes. Esta simbiosis se da por ejemplo en el Heritage Bicycles de Chicago donde posiblemente te tomaras un café mientras cambian la cadena de tu bici.

Las combinaciones son infinitas y la mayoría de las veces son fruto de la necesidad, si tienes pensado montar un negocio piensa que podrías complementarlo con otro.

3. Especialización.

Estos usos simbióticos no está mal que sean especializados, que tu producto sea concreto y diferente en la ciudad, no quiero decir que te dejes la vida importando algo extrañísimo que nadie va a comprar. Me refiero a que ese producto elaborado pueda actuar como la marca de la casa, así como si es el único que sirves.

En mi caso, por ejemplo, conozco un bar en Sevilla por el de “los huevos fritos”, posiblemente sirva algo más que huevos con patatas, pero aunque parezca mentira no es un plato usual, o al menos no se sirve tan bien como en este sitio.

4. Apropiación, ocupación.

Ten en cuenta que para realizar tu actividad generalmente solo necesitaras un mobiliario, o unas herramientas concretas. En la mayoría de los locales comerciales se pueden conseguir unas condiciones de habitabilidad buenas invirtiendo muy poco dinero en obra ya que no es necesario adaptar u ocultar cada uno de los paramentos, estructuras e instalaciones. La mayor parte del dinero que se invierten en las reformas de locales comerciales se va en los recubrimientos y en las instalaciones; enfoscados, techos, suelos, pinturas, luminarias, instalaciones térmicas etc…

La mayoría de las veces con adaptar el suelo nos bastaría. Muchos locales resaltan ese mobiliario o estas herramientas sobre el resto de las superficies del local como un modo de llamar la atención sobre la actividad como una estrategia de marketing.

5. Reciclaje, creatividad e identidad.

Este realmente sería el apartado del mobiliario aunque no exactamente. Cuando ocupamos un local con nuestra actividad tenemos que pensar que ya estamos reciclando un ámbito, dándole una nueva vida, otro uso. A veces es buena idea que restos de la anterior actividad pervivan, ayudan a crear una historia ligada al lugar, al visitante le gustará ver que había antes y seguramente lo recordará. Con nuestro negocio simplemente estamos completando y fomentando la memoria (la identidad) de un lugar sin que sea necesario borrarla para empezar de nuevo.

Y en cuanto al mobiliario no creo que haya que decir que no todo es IKEA, que siempre hay algún familiar manitas que nos puede ayudar a reconstruir antiguos muebles, a pintar antiguas sillas de forja…

6. Difusión.

Siempre han existido los escaparates y por supuesto que es una genial idea actuar sobre ellos de tal forma que al viandante le quede claro que se hace en tu comercio, pero ahora que existen las redes sociales no creo que se debiera perdonar a un negocio que no contara con una web vinculada a lo que se llama el “Social Media” como una forma de fidelizar a la clientela. Del mismo modo que también es una buena fuente de ingresos si habilitamos una interfaz compatible con el comercio electrónico.

7. Más allá del interior.

Ahora que llega el buen tiempo y si existe la posibilidad está bastante bien sacar parte del negocio a la calle, sin que este invada por completo el espacio público y respetando unos límites, ambientamos la ciudad a la vez que nos promocionamos.

Y como idea que queda en el aire… ¿Se puede ocupar la plaza de garaje que esta justo enfrente de nuestra tienda o bar?

8. Red.

En muchas ciudades existen asociaciones de comerciantes por zonas que normalmente trazan recorridos, fomentan mercadillos vecinales y otro tipo de actividades que se alternan de negocio en negocio cada fin de semana. Esta posibilidad es muy beneficiosa para todos ya que los clientes pueden estar informados en cada local sobre la existencia de otros tantos.

Si quieres recibir asesoramiento sobre como crear la página web de tu negocio o sobre como obtener las licencias y encargar los proyectos necesarios no dudes en contactar con nosotros, estaremos encantados de poder ayudarte.